LEY KARMICA DE CAUSA Y
EFECTO
La ley del Karma (ley
de “causa y efecto”), por cuanto en su funcionamiento certifica nuestro avance
en los planos cósmicos, nos permite ser los “arquitectos” de nuestro destino.
Las experiencias de
vidas pasadas influyen de manera determinante en nuestras fortalezas o
debilidades.
Las obligaciones o
compromisos no satisfechos en esas vidas anteriores deberán ser honrados en la
actual.
El
estudio numerológico de tus nombres y apellidos revela la AUSENCIA de los
números 2 y 7 lo que nos señala:
No
contar con un número 2 en tus nombres y apellidos revela
timidez y dilapidación innecesaria del dinero.
Un
kármico dos debe aprender a trabajar en grupo, a prestar atención a los
detalles, a ahorrar energía en forma de dinero y a ser paciente.
No
contar con un número 7 en tus nombres y apellidos indica: Falla de fe y comprensión
entre la dualidad espíritu-materia.
Un kármico siete es bastante
difícil de aprobar como lección, debe aprender los secretos
ocultos de la vida terrena y a la vez oír la voz de lo
espiritual, debe descubrir la relación que existe entre uno y otro
y a vivir de acuerdo con sus descubrimientos.
Tendrá que desarrollar la fe y lo que esta implica
para una mayor comprensión de su vida.
Muchos maestros espirituales, como
paradoja, nacieron con un kármico siete, que los obligo a volcarse
a su interior y a vivir en el mundo sin ser del mundo, de una manera
equilibrada, científica y santa.
El
estudio numerológico de tus nombres y apellidos revela ABUNDANCIA de los
números 9 y 5 lo que nos señala:
Muchos 9 (nueves)
en tus nombres y apellidos demuestran:
Perspectiva universal.
Eres artístico y tienes, además, capacidad
creadora y literaria.
Has de disfrutar los
viajes.
Los aspectos negativos de un
abundante nueve son la sobreprotección de sus semejantes y la inquietud.
MUCHOS 5 (cincos) en
tus nombres y apellidos indican:
Interés por el sexo opuesto
y los sentidos.
Bien equilibrado gobernará
correctamente sus emociones y comprenderá el porqué de su
interés.
Los aspectos negativos
de un abundante cinco son la impulsividad, el nerviosismo, la
morbosidad carnal y el abuso de sus sentidos.