La ley del Karma (ley de “causa y efecto”), por cuanto
en su funcionamiento certifica nuestro avance en los planos cósmicos, nos
permite ser los “arquitectos” de nuestro destino.
Las experiencias de vidas pasadas influyen de manera
determinante en nuestras fortalezas o debilidades. Las obligaciones o
compromisos no satisfechos en esas vidas anteriores deberán ser honrados en la
actual.
El estudio numerológico de tus nombres y apellidos
revela la
ausencia o escasez
del número 8 lo que nos señala:
Pocos ochos o ninguno, revela ineficiencia
en asuntos económicos o cuestiones materiales.
Un kármico ocho, debe aprender el
valor del dinero, a organizar y dirigir.
Este karma forzará a su poseedor a manejar su
propio negocio, y a administrar sus propios bienes durante toda su vida,
con el fin de conocer, para la vida próxima, el ahorro de energía
espiritual manifestada en plano inferior como dinero.